Agente
causal:
El
agente causas de la brucelosis humana son las bacterias del género Brucellas, cocobacilos aeróbicos gramnegativos,
intracelulares facultativos, capaces de infectar tanto a fagocitos profesionales
(macrófagos, linfocitos B y células dendríticas) como no profesionales, así
como también células no fagocíticas. Dentro de las especies más significativas
para el hombre se encuentran mellitensis,
abortus y suis.
Contagio:
se genera por contacto con ganado vacuno, caprino o porcino, ya sea por
contacto directo o por ingestión de alimentos derivados de los mismos. No hay
vacunas para humanos, si para animales. Posee un periodo de incubación muy
variable.
Composición
de la membrana y estructura antigénica:
La
envoltura celular de las bacterias del género Brucella está formada por una membrana interna, una membrana
externa y un espacio periplasmático intermedio. Desde un punto de vista
antigénico, en la membrana de Brucella
existen dos componentes fundamentales: el lipopolisacárido (LPS) y las
proteínas. El LPS es una molécula anfipática que consta de una parte
exclusivamente polisacarídica dirigida hacia el exterior, y otra parte
glucolipídica (lípido A) inserta en la membrana externa. La parte polisacarídica
del LPS se divide en dos secciones: un oligosacárido intermedio, llamado núcleo y el polisacárido O (PSO). Sin embargo, a diferencia del LPS clásico, el LPS de Brucella no es pirogénico,
no aumenta la sensibilidad del hospedador a la histamina, no activa la cascada
del complemento de manera significativa y es un mitógeno muy débil de LB
humanos. Se requieren concentraciones 100 veces más altas de LPS de Brucella para inducir muerte por shock
endotóxico.
Patogenia:
Al ingerir la bacteria la mayor parte se elimina
por la formación de fagolisosoma y un 15 a 30% puede sobrevivir debido a la capacidad
de producir ureasa, que juega un papel central en la colonización del huésped,
a través de la ruta gastrointestinal. Una enzima capaz de degradar la urea modifica el pH en el sitio en
donde se encuentre la bacteria permitiéndole sobrevivir. Además, la bacteria se
adhiere con cierta facilidad a la superficie de las mucosas, por ser altamente
lipofílica, ya que Brucella no posee ni fimbrias ni cápsula.
Estas bacterias tienen 2 componentes llamados BvrS/BvrR, que codifican para una
histidina quinasa y controlan la expresión de moléculas determinadas necesarias
para la invasión celular.
Las
Brucellas no poseen ni exo ni endotoxinas significativas, pero no dejan de
activar al sistema inmune. Una vez que la bacteria es ingerida por macrófagos,
los antígenos proteicos extraños se localizan en compartimientos intracelulares
y se procesan hasta pequeños péptidos y quedan listos para asociarse con
moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad de clase II (MHC II). Estas
moléculas presentadoras de antígenos se translocan desde el retículo
endoplasmático al aparato de Golgi antes de alcanzar la vía endocítica a través
de la cual serán presentados en la superficie de la célula. De esta forma son
reconocidos por los linfocitos Th. Los macrófagos y las células dendríticas,
producen Interleuquina 12 (IL-12) que
induce la diferenciación de linfocitos Th al subtipo Th1 y estos a su vez
sintetizan IFN-gamma como los linfocitos
NK. Los macrófagos también sintetizan las citoquinas proinflamatorias IL-1 y TNF alfa. Se cree que la
inhibición de TNF alfa es un paso fundamental en la infección. El IFN-γ tiene
un rol central en la inmunidad frente a Brucella
mediante la activación de las funciones bactericidas del macrófago como la
producción de especies reactivas del oxígeno y óxido nítrico, induciendo la
apoptosis, aumentando la diferenciación celular y la producción de citoquinas.
Las lipoproteínas bacterianas también son capaces
de inducir la producción de IL-10,
una citoquina antiinflamatoria, en monocitos humanos. La inhibición tanto
autócrina como exócrina de la producción de IL-10 da como resultado un aumento
en la producción de las citoquinas proinflamatorias IL-6 e IL-12.
La brucelosis es una enfermedad granulomatosa que
se presenta como un cuadro inflamatorio generalizado y fiebre intermitente,
habiendo un período de incubación variable. Durante la primer semana, los LPS
son reconocidos por Ig M, luego aumentan las cantidades de Ig G y si la
bacteria permanece por mas de 6 meses aparece Ig A. Los signos clínicos de esa
inflamación son: fiebre ondulante, artritis,
endocarditis, meningitis, infiltración monocitaria de las
articulaciones, granuloma hepático.
En etapas tempranas de brucelosis humana se puede
presentar una artritis inflamatoria intermitente, y algunos pacientes pueden
desarrollar artritis inflamatoria crónica que asemeja otras formas de artritis
inflamatorias humanas. Sin embargo, puede afectar cualquier órgano. En el
hígado, la infección con Brucella induce lesiones hepáticas que pueden ser tanto
granulomatosas como no granulomatosas. Histológicamente, los granulomas muestran
necrosis central, un infiltrado de células polimórficas y fibrosis periférica.
La liberación de bacterias de estos granulomas puede favorecer la diseminación
de la bacteria a distintas localizaciones a través de repetidos episodios de
bacteriemia.
En el corazón, afecta la válvula aórtica generando endocarditis, siendo esta la
principal causa de muerte por Brucella.
BIBLIOGRAFIA:
- “Rol de las
lipoproteínas de Brucella en el desarrollo de la respuesta inflamatoria en
brucellosis”, Zwerdling, Astrid, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Universidad de
Buenos Aires, 2009.
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