Los marcadores tumorales son
sustancias que pueden encontrarse en el cuerpo de una persona con cáncer.
Idealmente, un marcador tumoral siempre sería encontrado en la sangre en
cantidades mayores a la normal, pero solo cuando existe cierto tipo de cáncer. Algunos marcadores tumorales se
encuentran en la sangre, otros se
encuentran en la orina o en otros fluidos corporales. Aun así, también se pueden
encontrar en tumores y en otros tejidos. Puede que sean producidos por las
mismas células cancerosas, o por el cuerpo en respuesta al cáncer.
Los marcadores tumorales por sí solos pocas veces
son suficiente evidencia para demostrar la existencia del cáncer. Muy pocos marcadores tumorales
son útiles para encontrar el cáncer en una etapa inicial. Esto se debe a varias
razones:
Ø
Casi todas las personas tienen una
pequeña cantidad de estos marcadores en su sangre, por lo tanto es muy difícil
detectar tumores cancerosos en etapa inicial mediante el uso de estas pruebas.
Ø
Los niveles de estos marcadores tienden
a aumentar a más de lo normal solamente cuando hay en cáncer se encuentra en
etapa avanzada.
Ø
Algunas personas con cáncer nunca
presentan niveles elevados de estos marcadores.
Ø
Incluso cuando los niveles de estos
marcadores son elevados, no siempre significa que hay cáncer. Por ejemplo, el
nivel del marcador tumoral CA 125 puede ser alto en mujeres con afecciones
ginecológicas distintas al cáncer ovárico.
Debido a estas razones, los
marcadores en la actualidad son principalmente usados en pacientes que ya hayan
sido diagnosticados con cáncer para seguir su respuesta al tratamiento o para
detectar el regreso del cáncer tras el tratamiento.
Estómago y colon:
No existe un marcador
tumoral específico de cáncer gástrico y colorectal, estudiándose marcadores
presentes en otros tumores, principalmente digestivos, como el CEA (antígeno carcinoembrionario), el CA19.9. De forma
individual, ninguno de ellos presenta la sensibilidad ni la especificidad
necesaria, por lo que suelen evaluarse de forma conjunta. El CEA es una
proteína de 180 kDa, constituida principalmente por hidratos de carbono, que
fue identificada por primera vez en carcinoma colorrectal metastático .Su
función biológica es desconocida, aunque se relaciona con la adhesión y el
reconocimiento celular. El CEA es un marcador general, presente en múltiples
neoplasias epiteliales, como el cáncer de colon, pulmón, mama. En cuanto a su
especificidad, se han descrito ligeros incrementos en algunos pacientes con
patología hepática benigna, insuficiencia renal, EPOC y enfermedades
inflamatorias intestinales, así como en el 5% de los fumadores.
El CA19.9 es una mucina,
constituida en un 85% por hidratos de carbono, descrita por primera vez a partir
de un cultivo celular de carcinoma colorrectal. Esta molécula se encuentra
elevada principalmente en neoplasias pancreáticas y del tracto
gastrointestinal. Los niveles normales de CA 19-9 en la sangre están por debajo
de 37 u/mL. Un nivel elevado de CA 19-9 en un paciente con un diagnóstico
reciente implica que tiene la enfermedad en estado avanzado.
También
se han descrito elevaciones del marcador en adenocarcinomas mucinosos de ovario
y en neoplasias pulmonares. Con respecto a su especificidad, se pueden
encontrar importantes incrementos de CA19.9 en casos de pancreatitis y colestasis.
Ovario:
El
CA 125 es el marcador tumoral
estándar que se usa para observar a las mujeres durante o después del
tratamiento contra el cáncer epitelial de los ovarios (el tipo de cáncer
ovárico más común), así como cáncer de las trompas de Falopio y cáncer
peritoneal primario. Los niveles normales en la sangre generalmente son menores
a 35 u/mL (unidades por mililitro). Más del 90% de las mujeres con cáncer de
ovario en etapa avanzada presenta altos niveles de CA 125.
Los
niveles también son elevados en alrededor de la mitad de las mujeres cuyo
cáncer no se ha propagado fuera del ovario, por lo que el CA 125 ha sido estudiado como
prueba de detección. Sin embargo, el problema con su uso como prueba de
detección es que aún dejaría de detectar muchos cánceres en estado inicial, y
por otro lado, otros problemas distintos al cáncer ovárico pueden generar un
nivel elevado de CA 125. Por ejemplo, suele ser más elevado en mujeres con
fibroides uterina o endometriosis. Puede que también sea más elevado tanto en
hombres como en mujeres con cáncer de pulmón, páncreas, mama, hígado y colon,
así como en personas que han padecido cáncer en el pasado.
Mama:
El
marcador tumoral CA 15-3 se usa
principalmente para la observación de pacientes con cáncer de mama. Los niveles
elevados en la sangre de CA 15-3 se reportan en menos del 10% de los pacientes
con una etapa temprana de la enfermedad, mientras que se detectan en alrededor
de 70% de aquéllos con un estado avanzado de la misma. Por lo general los
niveles de este marcador bajan después de que el tratamiento está siendo
eficaz, pero puede que suban tras las primeras semanas después de iniciar el
tratamiento. El nivel normal por lo general es menor a 30 u/ml
(unidades por mililitro). Los niveles de este marcador pueden
también ser más elevados en otros tipos de cáncer, como el cáncer de pulmón,
colon, páncreas y ovario, y en algunas afecciones no cancerosas, como tumores
benignos del seno, enfermedad ovárica, endometriosis y hepatitis.
El
marcador CA 27-29 puede ser usado
también para observar a pacientes con cáncer de mama durante o después del
tratamiento. Esta prueba mide el mismo marcador en la sangre que la prueba del
CA 15-3, pero de manera diferente. Aunque el marcador CA 27-29 es una prueba
más reciente que la del CA 15-3, no es mejor en la detección de cáncer en etapa
inicial ni avanzada. Y el nivel es elevado en todas las personas con cáncer de
seno. El nivel por lo general es menor a 40 u/mL (unidades por mililitro).
Este
marcador puede ser elevado con otros tipos de cáncer también, como el de colon,
estómago, riñón, pulmón, ovario, páncreas, útero e hígado. Puede que también
sea más elevado de lo normal en algunas condiciones no cancerosas, por ejemplo,
en mujeres en su primer trimestre de embarazo, así como en pacientes con
endometriosis, quistes ováricos, afecciones no cancerosas de los senos,
cálculos renales y enfermedades hepáticas.
BIBLIOGRAFÍA:
American Cancer Society:
“Patología funcional y estructural”, Robbins, Cotran, Elsevier, 8va edición,
2010.
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